Una devastadora inundación en el centro de Texas ha dejado al menos 82 personas muertas y 41 desaparecidas, según confirmaron autoridades locales. El desastre ocurrió entre el 4 y el 6 de julio, cuando lluvias torrenciales, potenciadas por los remanentes de la tormenta tropical Barry, provocaron el desbordamiento del río Guadalupe, especialmente en el condado de Kerr, donde se concentra la mayoría de las víctimas.
Entre los fallecidos hay 28 menores de edad, y al menos 10 niñas y una monitora siguen desaparecidas tras ser arrastradas por la corriente en el campamento cristiano Mystic. El agua subió más de 8 metros en solo 45 minutos, arrasando viviendas, carreteras y zonas de recreación. Más de 850 personas han sido rescatadas, mientras helicópteros, drones y equipos de búsqueda continúan operando en condiciones extremas.
La tragedia ha generado críticas por la falta de un sistema de alerta eficaz en la región. Aunque se emitieron avisos de emergencia, muchos residentes aseguran que no recibieron advertencias a tiempo. El presidente Donald Trump declaró zona de desastre mayor y prometió visitar la región afectada en los próximos días.