El cuadro Embajador remontó en un partidazo y quedó a un solo punto de asegurar su clasificación a la final.
Fernando Uribe celebra el gol del empate ante el América / Twitter: @Millosfcoficial.
Millonarios remontó y derrotó 2-1 al América de Cali en un partidazo disputado en el estadio Nemesio Camacho El Campín, eliminando al cuadro vallecuacano y poniendo un pie en la gran final del fútbol colombiano.
Ni 3 minutos de partido habían transcurrido y ya se habían presentado dos grandes ocasiones de peligro en las áreas. La primera en una salida rápida del equipo local donde Luis Paredes quedó de frente al arco de Diego Novoa, sacando un remate de derecha que el portero controló. La visita respondió en una gran acción individual de Carlos Darwin Quintero, quien eludió a Andrés Llinás y Juan Pablo Vargas, pero que cuando quiso definir la pelota se le quedó en el terreno de juego.
El cuadro Escarlata, decidido a recuperar lo perdido en casa, se acercó con mucho peligró a los 11 minutos, con un centro de Edwin Velasco desde el sector izquierdo, desmarcándose el argentino Facundo Suárez y puntando la pelota ante la salida de Montero, estrellándola en el vertical derecho del guajiro.
El equipo de casa volvió a generar peligro sobre el arco de Novoa a los 13 minutos, en un despeje del portero que recibió Daniel Giraldo en el mediocampo, jugando para David Mackalister Silva, quien abrió la cancha para Luis Paredes, que tras un regate a Velasco, remató de pierna derecha, perdiéndose la pelota por encima del travesaño del arquero.
El portero bogotano al servicio del América salvó su puerta en dos acciones siguientes en remates de media dsitancia, el primero de Daniel Giraldo, el cual envió al tiro de esquina, y el siguiente de Silva, controlando la pelota con sus dos manos. Ambas acciones sucedieron antes de los primeros 20 minutos del duelo.
Alexandre Guimaraes se vio obligado a realizar su primera sustitución a los 23 minutos, tras un choque de Andrés Sarmiento con Elvis Perlaza en una disputa legal por la pelota. El extremo no pudo continuar en el campo de juego y en su lugar ingresó Adrián Ramos.
Volvió a avisar Millonarios a los 28 minutos, esta vez con Larry Vásquez, quien apareció libre de marca por el centro del campo, ganó de rebote la pelota y solo frente a Novoa terminó enviando su pelota por encima del travesaño con un potente derechazo.
Un minuto más tarde fue Fernando Uribe el que tuvo una clara ocasión de gol, tras un pase de Beckham David Castro a Luis Paredes que el atacante araucano dejó pasar para que le quedara a Uribe, quien remató cayéndose de derecha, controlando sin problemas el portero Escarlata.
América volvió a dar muestras de peligro en un contragolpe rápido en el que se juntaron Carlos Darwin Quintero y Esneyder Mena, para que este último perdiera en una rápida salida de Montero para ganarle en el mano a mano.
Adrián Ramos castigó la inefectividad azul
A los 42 minutos, luego de que Beckham Castro desperdiciara una clara ocasión de gol solo frente al arco de Novoa, Adrián Ramos, en una brillante acción individual, se encargó de abrir el marcador, dejando en el camino a Juan Pablo Vargas con un enganche de pierna derecha y rematando con la zurda, venciendo a Montero por el poste de su mano derecha.
Millonarios puso todo en orden de inmediato
Con el gol en contra, el equipo de Alberto Gamero salió decidido a igualar las acciones y lo hizo a los 44 minutos, no dejando disfrutar del tanto a los Escarlatas, en una gran acción de Mackalister Silva, que con paredes cortas llegó al área, entregó la pelota a Beckham para que este definiera con fortaleza, golpeando la pelota en el travesaño y quedando el rebote servido a Fernando Uribe, quien solo tuvo que empujar la pelota al fondo con un cabezazo.
Daniel Cataño para el complemento
Para el inicio del segundo tiempo Gamero envió de entrada al campo de juego a Daniel Cataño, quien no había podido jugar los últimos cuatro partidos por un esguince en un tobillo. El volante antioqueño reemplazó en el campo de juego a Luis Paredes, quien se retiró con molestias.
América empezó el segundo tiempo con la pelota y jugando cerca al área de Millonarios; sin embargo, viéndose escaso de claridad en el último cuarto. En un remate de Quintero que desvió sobre la marcha Suárez estuvo una oportunidad muy clara de romper la paridad de nuevo.
El equipo local volvió a llegar con peligro a minuto 61, en una recuperación de Larry Vásquez que le quedó a Uribe, el pereirano habilitó a Beckham para que este definiera de primera de pierna zurda, perdiéndose la pelota por muy poco sobre la puerta de Novoa.
El partido se tornó trabado y de mucho roce en el mediocampo, llegando a zona de peligro los bogotanos apenas a los 71 minutos, en un rebote que cazó Vásquez en el tercer cuarto, se llevó la pelota sobre el sector izquierdo y lanzo un centro al área que quiso definir de primera Cataño, marchándose la pelota por encima dle travesaño.
Yuber Quiñones, quien ingresó para el complemento por Castro, estuvo cerca de ampliar la diferencia a los 79 minutos, con un buen laboratorio en un tiro libre en el que participaron Silva, Cataño y finalmente el extremo definió con potencia de pierna zurda, luciéndose Novoa para rechazar el lanzamiento.
¡Volvió Cataño!
A los 83 minutos del partido Daniel Cataño dijo presente del todo, el volante antioqueño, libre de marca por el costado derecho, aprovechó un pase de Yuber Quiñones para anticiparse a la marca de los defensores y con mucha sutileza picar la pelota a la salida de Novoa, poniendo el juego a favor de los azules.
Guimaraes arriesgó y a los 89 minutos estuvo muy cerca de igualar el juego, con un centro al áraea que no logró despejar la zaga azul, quedando el balón servido para Daniel Mosquera, quien de manera increíble, solo ante la puerta de Montero, no remató, siendo desarmado por los defensores.
Millonarios llegó a 10 puntos de 12 posibles y el próximo domingo estará enfrentando al Boyacá Chicó, su principal escolta y único equipo que podría sorprenderlo. Antes de ello, el equipo de Alberto Gamero estará visitando este martes al America MG de Brasil, por la quinta fecha del Grupo F de la Copa Sudamericana. América, eliminado con 4 puntos, estará visitado ese mismo día al Medellín.
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La sexta ronda del Norway Chess 2025 dejó una de las escenas más impactantes y emotivas del ajedrez reciente. Magnus Carlsen, número uno del mundo, sufrió en casa una inesperada derrota frente al joven campeón mundial indio, Gukesh Dommaraju, quien se impuso ante el noruego por primera vez en una partida clásica. La tensión contenida en cada jugada marcó un duelo histórico que culminó con la furia de Carlsen y la incredulidad de Gukesh ante lo que acababa de lograr.
Desde la apertura, Carlsen llevó la iniciativa y ejerció una presión constante sobre Gukesh con las piezas negras. El noruego capturó un peón central clave y, a lo largo de veinte movimientos en el medio juego, las computadoras otorgaban a Carlsen una clara ventaja, que llegó a significar entre -2 y -5 en la valoración, equivalente a la superioridad de toda una torre. Parecía que la victoria no se le podía escapar al anfitrión.
En el movimiento 17, Carlsen se dirigió al confesionario del torneo para compartir en directo para los espectadores sus sensaciones sobre el rumbo de la partida. Mostró confianza en que Gukesh aceptaría el reto de bloquear el centro e intentar ganar, en lugar de buscar un empate rápido. “Sé que Gukesh es muy ambicioso, y espero que ahora bloquee el centro para jugar a ganar, en lugar de liquidarlo y buscar el empate. Pero, objetivamente, mi posición es buena, y me encuentro cómodo”.
Lo inesperado llegó en el final: presionado por el reloj y quizás por exceso de confianza, Carlsen cometió dos errores en los movimientos 44 y 52. Esos fallos alteraron el destino que hasta entonces parecía inevitable. El campeón mundial indio, en un ejercicio de persistencia y concentración, supo exprimir cada opción disponible. Gukesh reconoció tras la partida que llegó a pensar en rendirse: “Pero decidí que no había nada de malo en hacer unos cuantos movimientos más, y seguir luchando por si acaso. Soy muy consciente de que nadie puede ganar así a Magnus en más de una partida de cada cien. Pero hoy ha ocurrido, me siento muy feliz, y seguro que mi familia también”.
El dramático desenlace sobrevino en el movimiento 62. Al descubrir que había dejado escapar la victoria y enfrentaba una derrota inminente, Carlsen golpeó la mesa con fuerza, provocando que las piezas cayeran. Luego, estrechó apresurado la mano de Gukesh, exclamó “¡Ay, dios mío!” y abandonó el escenario visiblemente enfadado. Minutos después, su vencedor le exoneró ante los medios: “Yo también he golpeado unas cuantas mesas en mi carrera deportiva, aunque sea mucho más corta que la de Magnus. Hay incluso algún vídeo sobre eso”.
París Saint Germainrompió todos los pronósticos, no porque fuera imposible que se quedara con la final de la Champions League ante Inter de Milán, sino porque ni el más optimista fanático del equipo parisino habrá imaginado que habría una diferencia tan importante entre un equipo y otro. Fue 5-0 para los dirigidos por Luis Enrique, que se llevaron la Orejona por primera vez en su historia a Parque de los Príncipes.
Lo cierto es que este abultado resultado resultó inédito: nunca en la historia de la Liga de Campeones se había registrado una distancia semejante entre dos finalistas. Solamente en tres oportunidades un conjunto le sacó cuatro goles de diferencia al otro: Bayern Múnich al Atlético Madrid en el partido desempate de 1974, Milan al Steaua Bucarest en 1989 y también Milan al Barcelona en 1994.
Por otra parte, hasta hoy solo dos clubes habían logrado anotar cinco goles o más en una final de Champions: Real Madrid, que le ganó 7-3 al Eintracht Frankfurt en la final de 1959/1960 con un triplete de Alfredo Di Stéfano y un póker de goles de Ferenc Púskas, y el Benfica de Portugal en la final de 1961/1962, ante el Real Madrid, aunque con una diferencia más estrecha de 5-3 a favor de los lusitanos.
Los Merengues, máximos exponentes de este certamen continental con 15 títulos, son los que se mantienen como el equipo que más tantos anotaron en una final por los siete convertidos en 1960.
Hasta ahora, el PSG solamente había disputado una sola final de Champions, con derrota 1-0 ante Bayern Múnich en la temporada 2019/2020 (gol de Kingsley Coman). Luis Enrique no solamente consiguió dejar una huella imborrable en la vitrina de la institución que desde hace años está siendo manejada por jeques árabes, sino que también elevó sustancialmente el nivel futbolístico de un equipo finalista de uno de los certámenes de elite del planeta. Lo que el París no había conseguido con los galácticos Lionel Messi, Kylian Mbappé y Neymar, ahora sí lo logró con figuras de menor nombre pero un funcionamiento casi perfecto.