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El drama de ex figura internacional Colombiano: “Estas lágrimas son de un hombre lleno de vicios”

Fredy Guarín integró el equipo del Coco Basile en el Clausura 2006. El ex futbolista colombiano se abrió en un posteo de Instagram. El mensaje de apoyo de Juanfer Quintero.

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Con lágrimas y en un posteo que se volvió viral, el ex futbolista Fredy Guarín sorprendió con un impactante mensaje en su cuenta de Instagram, en el que se abrió y reconoció que fue “hombre lleno de vicios y que cometió muchos errores”, aunque afirmó que “se perdonó por haberlos cometidos porque tuvo el perdón de Dios”. El colombiano, que fue campeón con Boca Juniors, hizo la publicación este jueves y tuvo miles de comentarios, entre ellos de figuras como su compatriota Juan Fernando Quintero.

El ex volante de 36 años se vio en la necesidad de contar sus sensaciones y sentimientos: “Hoy quiero mostrarme así tal cual como soy a corazón abierto, esto no lo hago para generar lástima ni ganar seguidores. Lo hago con la intención de que le sirva al menos a una persona. De un tiempo para acá mi vida está cambiando enormemente. Estas lágrimas que ven en la foto son de un hombre lleno de vicios, errores, pecados y muchas cosas mas”.

“Mi gente, estamos a tiempo de abrirle la puerta a papito Dios y dejar que sea él quien guíe nuestra alma y corazón. Dios ya me perdonó y yo me perdoné. Si alguien está en desacuerdo con esta publicación, te entiendo. No dejen de soñar, que el perdón sea con amor y guiado por Dios nuestro señor. Dios les bendiga hoy y siempre mucho ánimo y fortaleza. Nunca es tarde”, agregó.

A cinco horas de publicación, el posteo tuvo más 90 mil “me gusta” y 8.200 comentarios. Entre ellos, Juanfer Quintero, quien escribió “Grande” y puso el emoji de un corazón. El volante de creación de River Plate decidió que una de sus hijas fuera apadrinada por Guarín. Camilo Zuñiga, Wilson Morelo y Bruno Alves también enviaron su mensaje de apoyo.

En abril de 2021, Guarín protagonizó un hecho de violencia domestica en el que intentó agredir a su padre en un episodio que lo definió como “la peor cagada de su vida”. Pero luego recompuso su relación y también con su madre. Este año publicó una foto junto a ellos en el criadero de caballos en el cual trabaja.

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Guarín se hizo conocido para los argentinos en el Mundial Sub-17 de 2003 jugado en Emiratos Árabes Unidos. Colombia le ganó el partido por el tercer puesto a la Argentina, que tuvo entre otros a Lucas Biglia, Mauro Formica, Hernán Peirone, Neri Cardozo y Ezequiel Garay. Tras sus inicios en Atlético Huila y Envigado, llegó a Boca Juniors y fue campeón en el Torneo Clausura 2006 bajo la conducción técnica de Alfio Basile.

Luego de no firmar su continuidad con el Xeneize emigró a Europa y se sumó a las filas del Saint-Étienne, el Porto y en el Inter de Milán vivió su mejor momento. Fue convocado por José Néstor Pékerman para el Mundial de Brasil 2014 y jugó de titular en la goleada (4-1) ante Japón en el tercer partido de su grupo. También integró el once inicial en la derrota 2-1 con Brasil en los cuartos de final.

Más tarde pasó a jugar en el Shanghái Shenhua (2016/2019) de China y después regresó a Sudamérica para desempeñarse en el Vasco de Gama (2019/2020). Su último club fue en su país, en el Millonarios (2021), donde disputó apenas siete partidos.

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Magnus Carlsen explota tras perder partida con el campeón mundial de ajedrez

El joven Gukesh, de 19 años, se impuso al experimentado ajedrecista en el Norway Chess 2025

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La sexta ronda del Norway Chess 2025 dejó una de las escenas más impactantes y emotivas del ajedrez reciente. Magnus Carlsen, número uno del mundo, sufrió en casa una inesperada derrota frente al joven campeón mundial indio, Gukesh Dommaraju, quien se impuso ante el noruego por primera vez en una partida clásica. La tensión contenida en cada jugada marcó un duelo histórico que culminó con la furia de Carlsen y la incredulidad de Gukesh ante lo que acababa de lograr.

Desde la apertura, Carlsen llevó la iniciativa y ejerció una presión constante sobre Gukesh con las piezas negras. El noruego capturó un peón central clave y, a lo largo de veinte movimientos en el medio juego, las computadoras otorgaban a Carlsen una clara ventaja, que llegó a significar entre -2 y -5 en la valoración, equivalente a la superioridad de toda una torre. Parecía que la victoria no se le podía escapar al anfitrión.

En el movimiento 17, Carlsen se dirigió al confesionario del torneo para compartir en directo para los espectadores sus sensaciones sobre el rumbo de la partida. Mostró confianza en que Gukesh aceptaría el reto de bloquear el centro e intentar ganar, en lugar de buscar un empate rápido. “Sé que Gukesh es muy ambicioso, y espero que ahora bloquee el centro para jugar a ganar, en lugar de liquidarlo y buscar el empate. Pero, objetivamente, mi posición es buena, y me encuentro cómodo”.

Lo inesperado llegó en el final: presionado por el reloj y quizás por exceso de confianza, Carlsen cometió dos errores en los movimientos 44 y 52. Esos fallos alteraron el destino que hasta entonces parecía inevitable. El campeón mundial indio, en un ejercicio de persistencia y concentración, supo exprimir cada opción disponible. Gukesh reconoció tras la partida que llegó a pensar en rendirse: “Pero decidí que no había nada de malo en hacer unos cuantos movimientos más, y seguir luchando por si acaso. Soy muy consciente de que nadie puede ganar así a Magnus en más de una partida de cada cien. Pero hoy ha ocurrido, me siento muy feliz, y seguro que mi familia también”.

El dramático desenlace sobrevino en el movimiento 62. Al descubrir que había dejado escapar la victoria y enfrentaba una derrota inminente, Carlsen golpeó la mesa con fuerza, provocando que las piezas cayeran. Luego, estrechó apresurado la mano de Gukesh, exclamó “¡Ay, dios mío!” y abandonó el escenario visiblemente enfadado. Minutos después, su vencedor le exoneró ante los medios: “Yo también he golpeado unas cuantas mesas en mi carrera deportiva, aunque sea mucho más corta que la de Magnus. Hay incluso algún vídeo sobre eso”.

 

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PSG logra un récord histórico tras vencer al Inter en la final de la Champions League

Los franceses vapulearon 5-0 a los italianos en Alemania y se adjudicaron la primera Liga de Campeones de su historia

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París Saint Germain rompió todos los pronósticos, no porque fuera imposible que se quedara con la final de la Champions League ante Inter de Milán, sino porque ni el más optimista fanático del equipo parisino habrá imaginado que habría una diferencia tan importante entre un equipo y otro. Fue 5-0 para los dirigidos por Luis Enrique, que se llevaron la Orejona por primera vez en su historia a Parque de los Príncipes.

Lo cierto es que este abultado resultado resultó inédito: nunca en la historia de la Liga de Campeones se había registrado una distancia semejante entre dos finalistas. Solamente en tres oportunidades un conjunto le sacó cuatro goles de diferencia al otro: Bayern Múnich al Atlético Madrid en el partido desempate de 1974, Milan al Steaua Bucarest en 1989 y también Milan al Barcelona en 1994.

Por otra parte, hasta hoy solo dos clubes habían logrado anotar cinco goles o más en una final de Champions: Real Madrid, que le ganó 7-3 al Eintracht Frankfurt en la final de 1959/1960 con un triplete de Alfredo Di Stéfano y un póker de goles de Ferenc Púskas, y el Benfica de Portugal en la final de 1961/1962, ante el Real Madrid, aunque con una diferencia más estrecha de 5-3 a favor de los lusitanos.

Los Merengues, máximos exponentes de este certamen continental con 15 títulos, son los que se mantienen como el equipo que más tantos anotaron en una final por los siete convertidos en 1960.

Hasta ahora, el PSG solamente había disputado una sola final de Champions, con derrota 1-0 ante Bayern Múnich en la temporada 2019/2020 (gol de Kingsley Coman). Luis Enrique no solamente consiguió dejar una huella imborrable en la vitrina de la institución que desde hace años está siendo manejada por jeques árabes, sino que también elevó sustancialmente el nivel futbolístico de un equipo finalista de uno de los certámenes de elite del planeta. Lo que el París no había conseguido con los galácticos Lionel Messi, Kylian Mbappé y Neymar, ahora sí lo logró con figuras de menor nombre pero un funcionamiento casi perfecto.

 

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