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Ciencia

EL CORONAVIRUS PODRÍA CONVERTIRSE EN ENDÉMICO

Cada vez es más probable que el coronavirus SARS-CoV-2 se convierta en endémico en humanos, en algunos animales o en ambos, es decir que no desaparezca con las vacunas, coincidieron hoy dos reconocidos expertos en enfermedades infecciosas.

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Cada vez es más probable que el coronavirus SARS-CoV-2 se convierta en endémico en humanos, en algunos animales o en ambos, es decir que no desaparezca con las vacunas, coincidieron hoy dos reconocidos expertos en enfermedades infecciosas.

«El escenario más probable es que el virus se convierta en otro virus endémico y que suponga un nivel muy bajo de amenaza en el contexto de un programa mundial de vacunación», dijo hoy en una rueda de prensa uno de los responsables de la lucha contra la pandemia en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan.

Enfoque Now es una plataforma digital dedicada a conectar e informar a la comunidad latina acerca de los acontecimientos que suceden a nivel local e internacional.

Ciencia

Así será el verano 2025 en Estados Unidos según el pronóstico anticipado

La NOAA proyecta condiciones inusuales en distintas regiones del país, con impactos en sequías, tormentas y olas de calor

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Una ola de frío a finales de la primavera que batió decenas de récords de temperatura en los estados del norte no es una señal de que el verano en Estados Unidos será más fresco de lo habitual.

Durante la próxima semana se espera que el clima fresco desaparezca, dando paso a condiciones cada vez más cálidas con el inicio del verano meteorológico el 1 de junio.

Esa tendencia es consistente con la perspectiva estacional de temperatura de la NOAA para el periodo de junio a agosto, que sugiere que es probable que se presenten condiciones más cálidas de lo normal en gran parte del país, especialmente en los estados del oeste, noreste y sur.

El verano pasado fue el cuarto más cálido registrado y uno de los más húmedospara los Estados Unidos continentales. Fue el verano más caluroso registrado a nivel mundial.

A medida que el planeta sigue calentándose, los casos en los que las temperaturas son inferiores a la media durante toda una estación son cada vez menos comunes. Y hay pocos indicios de que la próxima estación se aparte de esta tendencia en curso.

Este verano, las olas de calor marinas a lo largo de la costa este podrían aumentar la frecuencia de lluvias tropicales, tormentas y niveles de humedad, mientras que en el oeste la sequía podría intensificarse.

Lo que hay que saber sobre las previsiones para el verano

Las perspectivas estacionales no cuentan con el alto nivel de precisión que tienen los pronósticos meteorológicos.

Sin embargo, se pueden predecir con cierto grado de éxito patrones generales sobre si la estación será inusualmente cálida, fresca, húmeda o seca.

Basándose en el estado de los factores climáticos globales, como El Niño y La Niña, los modelos climáticos estacionales —desarrollados por más de una docena de agencias meteorológicas de todo el mundo— ofrecen un panorama de los patrones probables para los próximos meses.

Es un poco como conocer la temática de una fiesta de disfraces: se tiene una idea general de qué esperar, pero no exactamente cómo vendrá vestido cada invitado o a qué hora llegará.

Temperaturas: se espera calor

Según las previsiones de temperatura, la temática de la fiesta será tropical.

Se prevén temperaturas por encima o muy por encima del promedio en gran parte de Estados Unidos. Las probabilidades de un verano más cálido de lo habitual son más altas en los estados del oeste, donde las condiciones de sequía podrían intensificar la intensidad de las olas de calor.

También se pronostican temperaturas superiores a la media para la costa este, incluida Washington. En el noreste y la región del Atlántico medio, cuatro de los últimos cinco veranos han presentado temperaturas generalizadas por encima del promedio.

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Ciencia

Cuánta proteína necesitas realmente: lo que dice la ciencia y los mitos que deberías olvidar

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La proteína es uno de los nutrientes más promocionados en redes sociales, productos de supermercado y planes de entrenamiento. Sin embargo, la ciencia señala que, si bien es fundamental para funciones como el desarrollo muscular y la recuperación, su consumo desmedido no genera los efectos milagrosos que suelen publicitarse, según The Washington Post.

Después de un entrenamiento intenso, consumir proteína junto con carbohidratos puede ayudar a reponer las reservas de energía y acelerar la recuperación más eficazmente que los carbohidratos por sí solos, según explicó Shawn Arent, investigador de nutrición deportiva.

Además, ingerir una pequeña cantidad de proteína antes de dormir —como un yogur o un puñado de nueces— podría estimular la construcción muscular durante la noche.

La proteína extra no necesariamente ayuda a bajar de peso

Uno de los mitos más difundidos es que aumentar el consumo de proteína puede facilitar la pérdida de peso. Aunque este nutriente proporciona mayor saciedad y obliga al cuerpo a gastar más energía en su digestión, el efecto real sobre la pérdida de peso es mínimo.

En ese sentido, Stuart Phillips, profesor de kinesiología, aclara que el gasto calórico adicional por digerir proteína es muy pequeño y poco significativo en el control del peso corporal.

El suero no es imprescindible

El mercado de suplementos ha popularizado el consumo de batidos de proteína de suero, posicionándolos como esenciales para quienes buscan ganar músculo.

Sin embargo, expertos como Nicholas Burd sostienen que esta visión es producto de agresivas campañas de marketing. Alternativas como el yogur griego o el salmón ofrecen cantidades similares de leucina, el aminoácido clave para estimular el crecimiento muscular.

¿Qué pasa si comes demasiada proteína?

Phillips advierte que nuestro cuerpo solo puede utilizar alrededor de 0,4 a 0,5 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal en una sola comida.

Consumir porciones excesivas no se traduce en más músculo: simplemente termina eliminándose a través de la orina, haciendo que se desperdicien costosos suplementos o alimentos ricos en proteína.

Para personas sedentarias, la recomendación oficial es consumir 0,8 gramos de proteína por cada kilogramo de peso corporal al día. Esto equivale, para la mayoría, a unos 45 a 60 gramos diarios, presentes en alimentos como dos pechugas de pollo, una lata de atún y un pequeño puñado de almendras.

 

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