Argentina primero celebró su anticipada clasificación al próximo Mundial y luego vapuleó 4-1 a su clásico rival Brasil por las eliminatorias sudamericanas.
El artillero Julián Álvarez abrió el marcador, Enzo Fernández aumentó y luego asistió a Alexis Mac Allister para el tercero, mientras que Giuliano Simeone cerró la goleada en el estadio Monumental de Buenos Aires ante 85.000 espectadores.
El mismo martes, antes de salir a jugar, el campeón del mundo se convirtió en el primer representante de Sudamérica en conseguir su boleto al Mundial 2026 gracias al empate sin goles de Bolivia ante Uruguay en El Alto.
“Es histórico, por el rival, por el contexto, por lo que se habló, porque hicimos un partidazo, porque clasificamos al Mundial. Nosotros, con humildad, hicimos nuestro trabajo”, destacó el autor del primer gol.
“Creo que el equipo lo hizo muy bien. Espero que nosotros y la gente le demos el valor que merece, jugamos contra un gran rival. No es fácil”, resaltó por su parte Rodrigo De Paul.
La Albiceleste lidera la clasificación con 31 puntos, mientras que la Verde quedó con 14 y ya no tiene posibilidades de alcanzar al equipo dirigido por Lionel Scaloni con 12 unidades por disputar. Tampoco Venezuela, que más tarde alcanzó la séptima posición de repechaje con 15 puntos tras vencer a Perú.
Brasil quedó en 21 puntos y aunque en principio su clasificación no corre riesgo —avanzan los seis primeros y el séptimo jugará un repechaje intercontinental— la derrota reavivó los cuestionamientos hacia su técnico Dorival Júnior.
“Una derrota que duele mucho en un clásico como este, en su casa”, lamentó el capitán brasileño Marquinhos. “No es culpa sólo del profesor, sino también de los jugadores, es un reparto de culpas. No puede pasar”, reflexionó.
“Vamos a levantar la cabeza trabajando, tratando de salir de esta situación difícil”.
El torneo del próximo año se disputará en Estados Unidos, México y Canadá entre el 11 de junio y el 19 de julio.
La que para muchos es la mejor selección argentina de todos los tiempos —avalada por un título mundial y dos de la Copa América— saldó su única cuenta pendiente a nivel sudamericano: ganar como anfitriona ante su clásico rival, lo cual no sucedía desde las eliminatorias para el Mundial 2006. Y lo logró sin su capitán y estrella Lionel Messi, ausente por lesión muscular.
En la primera ronda de las presentes eliminatorias había logrado un triunfo histórico de visitante 1-0 en Brasil.
Una vez más, Scaloni sorprendió con una formación en los papeles de cuatro mediocampistas, a partir del regreso al equipo de De Paul. Pero en un inesperado movimiento de piezas, el volante Fernández se ubicó como ladero de Álvarez en la ofensiva. Brasil no la vio venir y pagó caro su debilidad defensiva.