Una playa de Long Island, en el este de Nueva York, registró dos ataques de tiburón en una semana, según informaron este viernes varios medios locales.
El último ataque tuvo lugar el jueves en la playa conocida como Ocean Beach, y la víctima fue un socorrista que resultó con varias mordeduras en el pie, producidas por un tiburón tigre de entre 1 y 1,5 metros, según la televisión News12 de Long Island, que entrevistó a la víctima.
El socorrista, de 17 años, estaba realizando un ejercicio de simulación de accidente, en el papel de víctima, cuando sintió mordeduras en su pie, y entonces se dio cuenta de que había sido un tiburón. En ese momento se encontraba a unos 140 metros de la orilla y nadó asustado hasta la playa.
Tras el incidente, la playa fue cerrada durante una hora, y en las horas siguientes los bañistas fueron autorizados a entrar en el agua solo en zonas poco profundas.
Una situación casi idéntica se registró el pasado domingo no lejos de allí, cuando otro vigilante fue mordido también en una sesión de entrenamiento, y el portal Gothamists añade que el 30 de junio un nadador de 57 años sufrió lo que la policía local llamó “un posible ataque de tiburón”, también cerca de allí.
Además, el pasado 30 de mayo un pescador se encontró con un tiburón de unos 3 metros encallado en una playa de Point Lookout, Long Island, luchando para volver al agua. El pescador se detuvo para ayudar y llamó al Departamento de Conservación del Medio Ambiente del estado. Con apoyo de los socorristas el tiburón pudo alejarse nadando.
Aunque son muy mediatizados desde la célebre película “Jaws” (Tiburón) de Steven Spielberg (1975), todos los expertos coinciden en que los ataques de tiburones a humanos son extremadamente raros y casi nunca mortales.
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Un estudio publicado en Science Advance revela que los perros que habitan la zona de exclusión nuclear de Chernóbil han desarrollado una estructura genética única, con más de 390 genes distintos, y una sorprendente resistencia al cáncer, pese a vivir expuestos a niveles de radiación seis veces superiores al límite humano permitido.
Estos perros descienden de mascotas abandonadas tras el desastre nuclear de 1986. Han sobrevivido en un entorno hostil, adaptándose genéticamente más por selección natural y aislamiento poblacional que por mutaciones inducidas por radiación.
Se identificaron tres poblaciones genéticamente diferenciadas: en la central nuclear, en la ciudad de Chernóbil y en Slavutych.
Hallazgos clave
El equipo liderado por Gabriella J. Spatola y Timothy A. Mousseau analizó muestras de sangre de 302 perros entre 2017 y 2019.
Los perros de la central muestran menor diversidad genética, mientras que los de la ciudad tienen mayor mezcla.
Slavutych presenta genes de razas modernas como labrador retriever y yorkshire terrier.
Aunque no se detectaron mutaciones típicas por radiación, sí se hallaron variaciones en genes relacionados con la reparación del ADN. La adaptación parece haber fortalecido su sistema inmunológico, similar a los efectos de la radioterapia en humanos.
También se observó este fenómeno en lobos de la zona, según estudios previos de la bióloga Cara Love.
Implicaciones futuras
Estos perros podrían ser clave para entender cómo los mamíferos se adaptan a ambientes extremos, con aplicaciones en medicina, salud ambiental y exploración espacial.
El estudio desafía la idea de que la radiación siempre genera mutaciones evidentes, mostrando que la evolución puede ser más sutil y resiliente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que 99 personas han muerto por desnutrición en Gaza durante 2025, incluyendo 29 niños menores de cinco años. El director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que estas cifras probablemente están subestimadas y pidió un flujo “escalado, sostenido y sin obstáculos” de ayuda humanitaria.
En julio se registraron casi 12.000 niños con desnutrición aguda, el número mensual más alto jamás reportado. Desde el inicio de la guerra en octubre de 2023, 193 personas han muerto por hambre, según el Ministerio de Salud de Gaza.
En las últimas 24 horas, se reportaron 4 nuevas muertes por desnutrición.
Crisis sanitaria y alimentaria
La guerra ha destruido casi toda la capacidad de producción de alimentos en Gaza.
Solo el 8.6% de las tierras agrícolas siguen siendo accesibles, y apenas el 1.5% está libre de daños.
Se han detectado 418 casos sospechosos de meningitis, agravando el colapso sanitario.
Víctimas invisibles
Las imágenes de niños como Huda Abu Al-Naja y Ammar Muteir, consumidos por el hambre, han generado indignación global.
Familias recurren a mezclas de hierbas ante la escasez de fórmula infantil.
Bloqueos y violencia
Al menos 38 palestinos murieron mientras buscaban ayuda de convoyes humanitarios.
El ejército israelí afirma haber disparado “tiros de advertencia” en zonas como el Corredor Morag, donde multitudes desesperadas se agolpan por comida.
La OMS ha evacuado a 7.522 pacientes, pero 14.800 más necesitan salir de Gaza para recibir atención médica especializada. Tedros instó a más países a aceptar pacientes y facilitar evacuaciones.